Inocence....

- Abuelo, ¿ Que es lo que hay después de el mar? En clase nos han dicho que hay mas gente, mas casas como la nuestra y mas tiendas de chuches. Pero yo no me lo creo. Desde aquí no veo a nadie. Por otra parte, la profe Carla nunca se confunde es muy, muy lista. Pero eso sí, tu lo eres más que ella.
+ ¡Ja, ja, ja! ¿Porqué dices que soy más listo que tu profesora Carla pequeño?
- Joé abuelo, pues porque tienes más arrugas. Y mamá me dijo un día que las arrugas son años de inteligencia. Así que tú tienes que ser inteligentísimo.
+ ¡ Ja, ja, ja! Algún día tendría que apuntarme todas estas cosas que rondan tu pequeña cabeza. Pues verás hijo, detrás del mar hay más gente, casas como la nuestra y tiendas de chuches tres veces más grandes que la de aquí.
- ¡Ala! Pues habrá muchas chuches e... Si lo dices tú sí que me lo creo. ¿ Pero has estado alguna vez allí?
+ No hijo, yo ya estoy mayor. Los años no perdonan. Son muy rencorosos, y con tu edad no podía imaginar ir al otro lado del mar. Lo cierto es que ahora me siento en este puerto y me arrepiento de no haber visto con mis propios ojos todo lo que se esconde tras el horizonte, todos sus secretos.
- Pues abuelo, ya tenemos plan para mañana. Hacemos las maletas y cogemos un barco. Que nos lleve al horizonte ese del que hablas. Y le decimos al tiempo que no sea tan rencoroso, que tú no le has hecho nada. Así veremos juntos los secretos que hay detrás del mar y todas esas tiendas de chuches enormes. Y así aparte cuando vuelva a clase le puedo decir a la profe Carla que he estado en las tierras de el horizonte. ¿ Vale abuelo?
+ ¡ Ja, ja ja! Enserio, algún día tendría que apuntarme todas estas cosas que rondan tu pequeña cabecita.

caca culo pedo pis

Me dispongo a traer a la vida un nuevo recuerdo. Lo enmarco en ese cuadro imaginario que tantos tardes me ha hecho llorar. Un tono blanco y negro inunda el cuarto sumiéndome en lo que denominaría nostalgia. Miro la foto con curiosidad, ladeando la cabeza hacia un lado. Pestañeo tres veces, cuatro si son pequeñas y sonrío. Sonrío por el simple hecho de dedicar una pequeña porción de mi tiempo a toda esa gente que me ha dejado en el camino, que no está a mi lado. Y sonrío aún más por aquellas de mi día a día. Acto seguido llevo las manos a mi cara, escondiéndome de cualquier mirada curiosa que se haya acercado a husmear. No puedo evitar que las lagrimas cobren vida propia, y que por su propia voluntad salgan a la luz en forma de mares de sueños. Absorbo las energías que me topo por el camino y cierro los ojos. Una noche más que recuerdo editar un recuerdo. Efecto: blanco y negro.

( Vale, se me ha ido la olla)

Ala! Una pelusa....

¿Por donde empiezo? Quizá por el final, sí, decidido. Tenía los ojos verdes. Pero no un verde hoja no. Un verde.... que simplemente no tiene adjetivos. Me querían decir algo lo sé, pero no conseguía descifrar ese laberinto de pestañas. Cada paso que daba era un sueño nuevo, un nuevo destino que no entendía de fronteras. Respiraba profundamente, casi con avaricia. Cualquiera diría que quería todas las partículas de oxígeno existentes para ella. Saltaba de baldosa en baldosa de una forma muy peculiar, por no decir graciosa. Siguiendo el inocente juego de no pisar las rayas. Nunca entenderé porque no las queremos pisar... Las notas bailaban en sus oídos divertidas, cada una con un tono diferente. Cada una produciendo un escalofrío diferente. Chica normal donde las haya. ¿ No es así? Pero yo sabía algo que nadie alcanzaba a saber. Su secreto, su pequeño secreto encerrado bajo llave. Ella, guardaba cada una de las pestañas que se le caían en un bote de cristal. Cada una contenía un deseo, un sueño nocturno e incluso una ilusión. Las guardaba con el único fin de arrojarlas algún día por la ventana de su cuarto. Y que mediante el aire que respiraba, esos deseos llegasen en forma de pestaña a la gente. A toda esa gente que realmente necesitaba una ilusión. Porque ella era feliz con lo que tenía, no necesitaba todas esas pestañas. Pero no se lo digáis a nadie, es un secreto entre nosotras.

Mochilas al hombro!

Opto por no decir nada y limitarme a andar. Que a cada paso que doy, mas cerca me encuentro del final. Andar...

La madre del cordero, la obeja

Interrogación. Puntos suspensivos. Tantas preguntas que encuentran la respuesta en un silencio. Cuando las palabras han decidido volver al diccionario abandonándote en la más pesada ignorancia. Ahí es cuando vuelven las dichosas interrogaciones. Y hago un pacto con mi cerebro, o por lo menos con lo que queda de él : no volver nunca a cuestionarme, no volver nunca a dudar entre dos opciones. Dar cada paso con el peso de mil huracanes. Reconocer cada mañana la vaga imagen del ayer y creer que los sueños que he tenido han sido por algún extraño motivo. Entonces es cuando los símbolos asquerosos se me mezclan. Y de mi boca sale un leve y bajo: me pregunto que se esconde tras lo prohibido...

I wanna believe

Que en algún lugar del mundo hay alguien que ahora mismo se acuerda.Que al hacerlo, se le dibuje una sonrisa. Que puedo cerrar los ojos y ver alguna estrella que tenga mi nombre. Que nada más irme a la cama soy capaz de conciliar el sueño y que en el mp3 suena música nueva. Que sin decir nada mi voz suene alta y que en algún avión esté mi destino pintado en un fino hilo de nubes. I just wanna believe...

( La foto es de mi hermano. Y aunque parezca increíble, está sacada con un móvil!! )