El niño se metió en la cama. Sus amigos ya se habían ido. Eran aproximadamente las 2 de la madrugada, y como era normal sus padres ya estaban en casa. La noche estaba preciosa: luna llena, cielo despejado, miles de estrellas se dibujaban, algunas más tímidas que otras. Sin embargo el niño no veía así la noche. Con la luz de la luna se dibujaban sombras extrañas en su cuarto. El viento hacia chirriar las ventanas; y la película de miedo que acababa de ver no ayudaba en nada.
- ¡Mama! ¡Ven! ¡ Tengo miedo!
+ Hijo mío, no pasa nada. No tengas miedo. En esta habitación estamos solos tu y yo. Si tienes miedo cierra los ojos fuerte, fuerte, fuerte y piensa el cosas bonitas. En los mejores recuerdos de tu vida. Verás como así podrás apreciar la belleza de esta noche.
Lindo texto! Tiene esa dulzura y sencillez de un niño temiendo a las sombra de los arboles en la pared. Hermoso.
ResponderEliminarUn beso!