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Que no es verdad que no haya tiempo para cerrar los ojos y poder volar por otros cielos. Afortunadamente sé, que no es verdad que hayamos muerto abandonados a la cruda realidad de no querernos.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Sueño eterno.

Las luces del alba me desvelan entre mares de sábanas. Pensamientos en estampida pierden el rumbo establecido. La escarcha del cristal se parece a la del alma y el tiempo, mi tiempo, ha dejado de existir. Tímidos rayos de sol se cuelan por las persianas envolviendo con cuidado mi aterciopelada piel. El silencio de mi cama me envuelve, me arropa y me viste. El silencio de mi ser me asusta, me abruma y me gusta. El frío, dichoso frío, me estremece encogiéndome, volviéndome indefensa. Mi cuerpo entra en éxtasis por un escalofrío que me recorre la columna vertebral. De principio a fin. Cada centímetro de mi piel. Cerca de esa ataraxia de la que me han hablado.
Me abandono, cierro los ojos. Me abandono, esbozo una sonrisa. Me abandono. En una caricia. Me abandono. Cada centímetro de mi piel... Cada centímetro de... Cada centímetro... Cada... ca...sh...
|ania|
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